Un bondi en la ruta yendo a Retiro, un pibe solitario ensombrecido, pero que en sus ojos brilla una lucecita, está ahí, la podés ver; nos podemos imaginar un temazo de Eddie Vedder sonando en los auriculares. Sensación a hogar, pero a hogar roto. A infancia partida. A sueños que luchan por estallar, por hacerse realidad. Todo esto y más nos produce Ñeri, de Juan Solá.
La historia de Rafael es un poquito la de nuestras infancias, las de los ´90s, con la ilusión y la inocencia que tienen todxs lxs niñxs. Cuando muchas veces habitar la marginación implica silenciarse para sobrevivir, Ñeri grita y la escuchamos; y se nos pone la piel de gallina y avanzar en la lectura es retroceder a ese rincón oscuro que muchxs creímos enterrado.
Una familia partida en nueve pedacitos que se desprenden, pero jamás se separan. Una niñez abandonada. Un patio donde se juega con juguetes que son para nenas y jamás para nenes. Una pieza que cada uno va a ir dejando a medida que la vida avance y la precariedad, el abuso intrafamiliar, el trabajo infantil, la trata, el miedo, escarben profundo en esa madre que se somete, pero que sabe de los demonios que ensombrecen esa casa.
Lxs hijxs se irán yendo, las realidades en el camino pegarán como cachetazo de padre borracho. La piel se irá tiñendo de polvo de calle de tanto patearla, de tanto subir a un subte a vender guías, o estampitas. La Virgencita estará guiando a lxs desamparadxs desde arriba de una cómoda. La amistad más hermosa que surge desde el barro y presta zapatillas para que no se nos burlen se encontrará en el lugar menos esperado. La vecina que pone el pecho a la violencia y asiste al pibe golpeado por la vida. Los mails, que van y vienen en el ciber. La cárcel, esa maquinaria tan inhumana como gran parte de nuestra sociedad.
Con una prosa incomparable, Juan nos envuelve en tantas realidades como textos precedentes. Leer Ñeri es pasar por Microalmas y Épicaurbana, es zambullirnos en lo más hondo de la literatura, es rompernos un poquito para sanar esas heridas que todxs llevamos y que por ellas somos lo que somos.
¿Desde qué perspectivas podemos abordar la novela?
ESI: Desde la Ley de Educación Sexual Integral se pueden abordar diversas problemáticas sociales presentes en la novela: la diversidad sexual, los abusos intrafamiliares, el embarazo adolescente, los tabúes y prejuicios en cuanto a sexualidad, el noviazgo violento, la discriminación.
Teoría Literaria: Desde la teoría literaria se pueden abordar dos cuestiones. Por un lado, el relato “in media res” que propone la lectura desde las anacronías en la manera en que está construido el relato (el tiempo base se ve interrumpido constantemente por analepsis). Por otro lado, el término “otredad” en relación con la discriminación abordada en la ESI, tomado desde la teoría de Todorov nos permite un marco teórico que sostiene nuestra propuesta de análisis.
Hipertextualidad: Desde la teoría de Genette podemos abordar la relación intertextual entre textos precedentes de Juan Solá presentes en Microalmas y Épicaurbana, así como también el personaje nombrado en La Chaco, cuyo desarrollo y complejidad se encuentra en Ñeri.
Antes de abordarla sería ideal haber leído ciertos relatos como: "El vino y la virgencita", "Subte" y La Chaco, puesto que la novela desarrolla la historia del Oreja, vínculo sexo - afectivo de Galaxia.
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