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Reseña "La Chaco", Juan Solá


Juan Solá es un escritor argentino nacido en La Paz, provincia de Entre Ríos en 1989 y radicado en la provincia de Chaco cuando aún era un infante. 

Chaco atraviesa su nouvelle llamada Naranjo en flúo (2015) donde la magia, lo insólito, la leyenda, el monte se cuelan hondo en el cuerpo de Isidro. En sus aventuras con dioses y villanos, con seres mágicos y bajo un cielo estrellado, vivimos sus angustias por regresar a su hogar, la búsqueda de sí mismo y la reconciliación con el mundo.  A Naranjo en flúo, lo siguen Épicaurbana (2017), una antología de cuentos que nos hablan sobre la amistad, el amor, la empatía, el abuso sexual, entre otras problemáticas intrafamiliares; y Microalmas (2018), en el que a partir de una serie de relatos breves vamos construyendo la historia de amor entre Manuel y Augusto con sus altibajos, con sus deseos más allá de sí mismos.


Entre los textos mencionados, surge La Chaco (2016). La novela sobresale por su estilo de escritura, por su extensión y por la tensión que se genera entre las letras y el lector. La Chaco comienza con un epígrafe de Cortázar y tal como lo dice el autor, la atmósfera que rodea el momento de escritura es indescriptible, pero Juan Solá nos envuelve en ella y nos hace partícipes de una historia tan realista que se nos inscribe en los huesos.


Esta es la historia de La Chaco y las “amigas de la calle” a quienes se ha referido una vez Solá, Hiedra, Galaxia, Carina, la Lucy. A partir de Ximena, la Chaco, se ramifica hacia las demás personajes. 


¿Cómo fijar en letras la conmoción, el espanto, la lucha y la amistad tan profunda que guardan estas mujeres? Ximena, la chaco, nos conduce por un camino doloroso. La conocemos con ese apodo, con ese nombre; pero el documento de identidad dice otro. ¿quién es ese “otro”? Lo vamos a ir descubriendo a partir de la lectura, cuando la chaco no era la chaco, cuando perdió a su mamá y el único puente que la unía a su padre fue dinamitado en ese preciso instante. Porque su padre no puede ver sino a su hijo “el puto”, a su hijo “vestido de mujer” y peor aún, no puede aceptar que en el pueblo hayan visto bajar de un auto al “hijo de don Sosa, vestido mujer”. 


Solá nos sitúa de cara a los prejuicios, que son tan duros en el interior de nuestro país que pueden empujar a una persona al suicidio. En la ciudad, Ximena cree poder progresar, cree que por fín y de una vez será Ximena. Pero si en el interior resistía con sus sueños que se llenaban de juicios y angustia, en la ciudad seguirá resistiendo y encontrará nuevas maneras de humillación: la policía y el abuso de poder, el encarcelamiento, la violación, ser trabajadora sexual, llegar a pasar hambre para pagar el alquiler. Así, las dificultades que encuentran a la hora de conseguir trabajo son las que las empujan a trabajar en la calle.

El amor de Víctor, en la ciudad, va quedando lejos y se va convirtiendo levemente en recuerdo.

Su relación con Galaxia se vuelve más cercana, teme por ella y por la gente con la que se rodea, por las drogas y la violencia que construyen su día a día. De Galaxia también podemos saber quién fue antes de llegar a ser ella misma, el amor inmenso que sentía por su abuela quien en sus ojos veía tantas estrellas como las hay en una galaxia. Y el amor que siente por el Oreja, que es tan infinito y paradójicamente tan mezquino como la calle a la que sale a ganarse el mango.


En esta (re)construcción que realiza Solá sobre las personajes, van apareciendo de a una todas las líneas que entraman la sociedad patriarcal: en el caso de La Chaco la violencia y la vergüenza del “qué dirán”, en el caso de Galaxia se suma la creencia de una enfermedad que hace que ella sea “así”, en Carina encontramos el debut sexual (su padre la lleva a debutar, no a “ella” sino a quien era antes de ser ella, pero en ese momento Carina se ve reflejada como en un espejo y elige sin tapujos su camino. Hiedra, escondida en su habitación jugando a ser reina de belleza, escondida, intentando que su padre no la vea vestida como una nena. Tanto miedo, ¿para qué? El camino de Hiedra se trazaba y se perfilaba hacia la unión con estas mujeres.

Juntas le hacen frente a la humillación, a la lucha de una Ley de Identidad de Género que les devuelva la dignidad con la que nacieron sin confundir genitalidad con identidad autopercibida. Un nuevo paradigma se perfila en nuestra sociedad y la atraviesa.  Ximena junto con sus amigas son parte de la historia, conscientes de quiénes son sin olvidar quiénes fueron. Desde un rincón chiquitito observan a ese otro que no abandonaron, que sigue ahí palpitante dentro de ellas.

Juan Solá nos recuerda en este relato que el amor nos hace fuertes, que el débil es aquel que no sabe lo que es amar. El amor y la amistad nos une y nos fortalece cuando nos cansamos de la humillación, de los golpes, del abuso.


Ley de Identidad de Género 26.743 sancionada en mayo de 2012


permite que las personas trans sean tratadas de acuerdo a su identidad autopercibida e inscritas en sus documentos personales con el nombre y el género vivenciado, entre otras.




¿Desde qué perspectivas podemos analizar “La Chaco”?


  • ESI: como se comentó en la reseña, esta es la historia de cinco mujeres trans en la lucha de la conquista de sus derechos. De elegir de qué trabajar y no ser empujadas por el hambre a la calle, de políticas públicas de desarrollo humano que les den la posibilidad de construir un futuro que no sea encontrar la muerte en manos de hombres que creen tener el poder sobre ellas (hablamos acá de travesticidios). El derecho de ser llamadas por el género autopercibido, aunque no esté inscrito en el documento. Pero sobre todas las cosas, el derecho a la identidad y al respeto, la libertad de abrirse al amor sin que por ello sean humilladas y degradadas, la comprensión de las familias frente a su autopercibimiento sin castigarlas, violentarlas y expulsarlas como si fueran una vergüenza. Para trabajar la ESI, apelamos a la Ley de Educación Sexual Integral y a la Ley de Identidad de Género para abordar los diversos tópicos: discriminación, identidad de género, violencia, machismo, abuso sexual intrafamiliar, travesticidio, entre otros.



  • Teoría Literaria: Desde la teoría literaria se pueden abordar dos cuestiones. Por un lado, el relato “in media res” que propone la lectura desde las anacronías en la manera en que está construido el relato (el tiempo base se ve interrumpido constantemente por analepsis).

  • Por otro lado, el término “otredad” en relación con la discriminación abordada en la ESI, tomado desde la teoría de Todorov nos permite un marco teórico que sostiene nuestra propuesta de análisis.


 


¿En qué año podemos abordar la novela?


Dado su forma realista y mimética, podría darse en 5to año bajo esta cosmovisión. 

Se aconseja una lectura colaborativa donde el docente cumpla el rol de mediadorx y esté atentx a los debates que puedan surgir durante la misma. Además, su acompañamiento ya que presenta escenas de sexo explícito y su contenido es muy sensible por las escenas de abuso sexual y violencia.


Por: Gisele Torres

Profesora en Lengua y Literatura

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